sábado, 7 de marzo de 2009
Oír crecer la hierba...
Ya os habréis fijado en que algunas hadas y duendes lucen unas bonitas orejas puntiagudas y, tal vez, os hayáis preguntado el porqué.
Bien, pues eso es así, porque sólo los portadores de ese tipo de orejas, son capaces de oír crecer la hierba y de escuchar lo que las raíces más hondas de los árboles y plantas tienen que decir.
Es un trabajo muy importante que exige mucho esfuerzo y dedicación.
Cuando la hierba es escasa y hay pequeños animalitos que alimentar, las hadas siempre saben dónde van a brotar tallos tiernos, porque pueden oír como empiezan a salir de sus semillas y están a punto a asomar sobre la tierra.
Y si un árbol enferma, las hadas también saben decirle hacia donde dirigir sus raíces para encontrar el agua o el especial alimento que necesite para recuperar la lozanía.
Ya puede uno suponer lo importante que es tener cerca un hada de orejas puntiagudas en tiempos de necesidad.
Claro que las hadas, ni aún las que hacen esas cosas extraordinarias, pueden cambiar el curso completo de la vida, pero no estaría mal tener una bien cerca cuando no sabemos en qué dirección está la mejor parte de nuestro particular destino...
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