El mundo no era sino niebla cuando las hadas llegaron.
Permanecieron calladas y ocultas hasta que el hombre aprendió a mirar con los ojos del alma y pudo ver más allá de su razón.
Entonces las hadas se hicieron visibles. Enseñaron al hombre a creer en sus sueños y a esperar lo imposible.
Le hablaron de flores que guardan secretos, del agua que sabe canciones, del árbol amigo, del viento, del cielo y la tierra y del misterio escondido en cada cosa que existe.
Le contaron que viven en la luz y en el aire, que se ocultan de todo el que duda y, a aquellos que creen, les muestran su reino y les nombran “guardianes de la fantasía”.
Y también prometieron quedarse mientras viva en la Tierra algún ser humano que sepa que existen y recuerde el camino que lleva a su encuentro...
Permanecieron calladas y ocultas hasta que el hombre aprendió a mirar con los ojos del alma y pudo ver más allá de su razón.
Entonces las hadas se hicieron visibles. Enseñaron al hombre a creer en sus sueños y a esperar lo imposible.
Le hablaron de flores que guardan secretos, del agua que sabe canciones, del árbol amigo, del viento, del cielo y la tierra y del misterio escondido en cada cosa que existe.
Le contaron que viven en la luz y en el aire, que se ocultan de todo el que duda y, a aquellos que creen, les muestran su reino y les nombran “guardianes de la fantasía”.
Y también prometieron quedarse mientras viva en la Tierra algún ser humano que sepa que existen y recuerde el camino que lleva a su encuentro...
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